El educador mercenario (Escrituras ahuyentables, I)

This document was uploaded by one of our users. The uploader already confirmed that they had the permission to publish it. If you are author/publisher or own the copyright of this documents, please report to us by using this DMCA report form.

Simply click on the Download Book button.

Yes, Book downloads on Ebookily are 100% Free.

Sometimes the book is free on Amazon As well, so go ahead and hit "Search on Amazon"

"...me defino como un anti-profesor, un enemigo de toda pedagogía y un gran odiador de la Escuela. Me gusta pensar que tiendo a desescolarizar algo. /.../ desemboqué en el paradigma de la “irresponsabilidad” en la Enseñanza ‘después’ de un desencanto, de una desilusión: después de una práctica (bienintencionada, concienzuda) de la docencia ‘progresista’, ‘reformista’, ‘comprometida’, etc. Durante un par de años fui, en efecto, lo que en El Irresponsable más combato: fui un “ingeniero de los métodos alternativos”, un educador “moderno”, “solidario”, “revolucionario”... Lo peor que puedo decir de esa experiencia es que me salió bien: conseguía lo que quería, influía sobre los alumnos, casi me idolatraban... Pero, por dentro, algo en mí se rebelaba contra ese poder y esa influencia. /.../ “Pedro, eres un predicador, pero ‘de otra clase’; haces lo mismo que los demás, aunque ‘de otra manera’, más soportable, más simpática. ¿No te da vergüenza?” /.../ Me instalé orgullosamente en el inmoralismo, en el crimen, en el aborrecimiento máximo de la Escuela y de esos homúnculos que llamamos “educadores”... Le perdí, primero, el miedo a la Expulsión; luego la busqué con un ardor de loco. /.../ Como “anti-pedagogo”, impugno un supuesto que está en los cimientos de esa disciplina, en el surtidor de todas las críticas ‘progresistas’ a la Enseñanza tradicional y de todas las ‘alternativas’ disponibles: la idea de que compete a una selecta aristocracia del saber (los educadores, los profesores) realizar una importantísima tarea en beneficio de la juventud, una operación calificada sobre la conciencia de los estudiantes de la que se seguiría la mejora o transformación de la sociedad. Arrogándose una facultad demiúrgica (‘creadora’ de hombres), y como miembro de una “élite”, erigido en autoconciencia crítica de la Humanidad, el ‘educador’ se entregaría a una delicada corrección del carácter de los jóvenes, a una muy ‘ilustrada’ labor de forja de la personalidad, siempre con la mirada puesta en el ‘bien’ del estudiante y en lo que conviene a la sociedad -se aplicaría a la modelación de sujetos ‘críticos’, ‘autónomos’, ‘creativos’, ‘independientes’, ‘libres’, ‘solidarios’, ‘tolerantes’, ‘pacifistas’, etc. Bochornoso, este elitismo, aderezado de filantropía, pone de nuevo sobre la mesa aquella moral de la doma y de la cría que tanto irritaba a Nietzsche e incurre una y mil veces en lo que Foucault y Deleuze, pensando no sólo en los educadores, denominaron “la indignidad de hablar por otro” (indignidad, en nuestro caso, de suplantar la voz del estudiante; de ‘reformar’ la Institución en su nombre; de intervenir policialmente en su subjetividad alegando que se hace por el propio bien del afectado; etc.). A la manera de un déspota ilustrado, pertrechado de conocimientos ‘especializados’ y pautas ‘científicas’, el educador moderno, sucedáneo de la divinidad, se entregaría a una empresa ‘redentora’, ‘salvífica’, casi estrictamente ‘religiosa’... Pero, en realidad, nada, absolutamente nada, ni los estudios, ni las lecturas, ni la formación ‘científica’, ni los títulos ‘académicos’, autorizan a un hombre (lamentable funcionario, muchas veces) a elevarse tan ‘por encima’ de los demás y decretar, desde esas alturas, qué tipo de “sujeto” necesita la Humanidad para ‘progresar’ o curar sus heridas; nada hay en su preparación o en su carácter que lo capacite para tentar aquella infamante operación pedagógica sobre la conciencia estudiantil; nada justifica que se arrogue un papel ‘divino’, remedo de la Creación, y mire a la sociedad toda con ojos de águila... Oscar Wilde estimó que los ‘educadores’ constituían “el azote de la esfera intelectual”.

Author(s): Pedro García Olivo
Edition: Biblioteca anarquista [2005]
Publisher: Víctor Araya
Year: 2007

Language: Spanish
Pages: 51
City: Valencia
Tags: anarquismo; educacion; antiautoritarismo; pedagogía; educación;

ÍNDICE
A modo de prólogo ... ... ... ... pag. 4
Capítulo I
Presentación ... ... ... ... pag. 6
Capítulo II
El objeto de la crítica ... ... ... pag. 11
Capítulo III
“¿Qué hacer?” –la pregunta culpable pag. 30
Capítulo IV
Pedagogía ¿libertaria? ... ... ... pag. 38
Capítulo V
Implicaciones ... ... ... ... pag. 41
Capítulo VI
En torno a “El irresponsable” ... ... pag. 48