Estas preguntas e investigaciones se han formulado desde hace ya algunos
años, y han creado un área de investigación próspera y muy amplia, fruto
de la famosa indagación «¿Y cuándo lo somos nosotros?», la que, a su vez,
es consecuencia de las profundas transformaciones que se suceden en las
formas de aprehender la realidad de un modo transcultural (Cardoso de Oliveira
1988b: 149). Es decir, forma parte de los cambios mundiales, desencadenados por la globalización y el nuevo sentido adquirido por los conceptos de la
diversidad, diferencia, desigualdad, identidad, nacionalidad y pluralismo
cultural, entre otros. De cierta forma se podría decir que, del mismo modo
que la dialogía devino, desde ciertas perspectivas, en una revolución en la
investigación antropológica e inauguró lo que hoy se conoce como la observación participante, es posible pensar en el surgimiento de una nueva relación
dialógica entre las muchas antropologías que se desarrollan hoy en el mundo,
incluso como parte de este nuevo equilibrio internacional (Tedlock 1983;
Yúdice 1989).
Por otro lado, todavía hay que considerar la relación entre el centro y la
periferia, en sus aspectos intelectuales y culturales; es decir, en su capacidad
de reflejar la búsqueda de una mejor adecuación entre lo real y su representación. En este sentido, no parece difícil comprender esta relación como
una lucha de paradigmas y tradiciones en búsqueda de la hegemonía explicativa que, aun teniendo sus epicentros en los países centrales, se irradian
constantemente a los países periféricos, y que ocasionan la mayoría de las
veces nuevas polémicas, muchas veces como productos híbridos, de nuevos
matices y que revelan profundas raíces en problemáticas nativas. Este sería,
por ejemplo, el caso del indigenismo peruano de los años veinte, fuertemente influenciado por el marxismo, pero que supo adaptarse a las necesidades interpretativas del país, especialmente a partir del trabajo precursor
de José Carlos Mariátegui.
En este sentido, la propuesta de una crítica cultural se construye como
un puente que se distancia del simple interés por la descripción de otros
culturales y va hacia la consideración de las experiencias etnográficas como
experimentos que, al ser reunidos colectivamente, nos sugieren la posibilidad
de relacionar las incontables críticas dispersas en cierto contexto, con otras
en contextos distintos, de forma comparativa, diluyendo, de cierto modo,
la oposición entre centro y periferia. Como dicen Marcus y Fischer: «The
importance of ethnography is that there are potentially many such critiques, and it is for the cultural critic to discover them, represent them, indicate
their provenance or incidence, and explore their insight and meaning. These,
after all, are the sources of diversity in the cultural arena [...]» (1986: 133).
Author(s): Selma Baptista, (aut.); Nylcéa Pedra; Elianne Martínez; Terumi Koto, (trads.)
Publisher: Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)
Year: 2006
Language: Spanish
Commentary: decrypted from 599E2B278F47BF21C3174F77C4B198F3 source file
Pages: 276
City: Lima
Tags: Peru; Cultura; Culture;
AGRADECIMIENTOS
11
INTRODUCCIÓN
13
CAPÍTULO I
LA CONSTRUCCIÓN CONTEXTUAL DEL OBJETO:
PROCEDIMIENTOS DE INVESTIGACIÓN
23
CAPÍTULO II
LA ESCENA PRIMORDIAL: CAJAMARCA, 1532
55
CAPÍTULO III
EL ORIGEN DE LA AUTORREFLEXIÓN MODERNA EN EL PERÚ
71
CAPÍTULO IV
LA MODERNIDAD COMO CONCIENCIA DRAMÁTICA:
JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
87
CAPÍTULO V
MEDIACIONES POLÍTICAS E INTELECTUALES EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA NACIONALIDAD. LA CUESTIÓN ÉTNICA
129
8 UNA CONCEPCIÓN TRÁGICA DE LA CULTURA
CAPÍTULO VI
VALCÁRCEL Y ARGUEDAS:
DE TRAYECTOS Y TROPOS ANTROPOLÓGICOS
165
CAPÍTULO VII
RELECTURAS ACTUALES:
JUAN OSSIO ACUÑA Y RODRIGO MONTOYA ROJAS
219
CONCLUSIÓN:
POR UNA CONCEPCIÓN TRÁGICA DE LA CULTURA
249
BIBLIOGRAFÍA
259